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En Bilbao durante esta semana nuestros jóvenes directores de cine han aprendido a hacer animaciones con la técnica “stop motion”. Ésta consiste en conseguir movimiento por medio de fotografías.
Figuras de plastilina, post-its, hojas con dibujos abstractos… Han sido los protagonistas de sus películas. Con mucha paciencia seguían la secuencia de “foto, mueve, foto, mueve, foto, mueve…” y así conseguían que la figura estática cobrara vida.
También, gracias al croma -la sustitución del fondo verde, en nuestro caso, por otra imagen-, han sido capaces de trasladarse a diferentes lugares sin moverse del aula.
Y, por último, llega el último paso de este proceso. Puede que el más importante porque ¿qué sería de las películas sin la música? Para dar por finalizada la edición del vídeo, escogían la canción adecuada para el contexto.