El 10 de diciembre de 1815 nació en Londres una de las figuras más apasionantes de la época victoriana,
Augusta Ada Byron, hija de la matemática, activista social y política
Anne Isabella Noel Byron, y del poeta
George Byron. La relación de sus padres no duró mucho y su madre, cuando Ada no contaba ni un año de vida, se la llevó lejos del escritor al saber que éste no le era fiel. Su progenitora quiso darle una educación esmerada, por lo que la niña
inició sus estudios en idiomas y ciencia desde los cuatro años de edad. Ada creció sin compañía infantil, rodeada de adultos y viviendo bajo un estricto sistema de estudios impuesto por su madre, siendo
las matemáticas una de las disciplinas que más fascinó a la pequeña cuando comenzó a estudiarlas a los 10 años.
Su vocación a la lectura y al estudio se fomentaron al conocer a la matemática y científica
Mary Somerville, que se convirtió en su tutora y en su gran inspiración. Aun así, la mala salud de Ada provocó que viviera una infancia complicada debido a infecciones recurrentes, quedando incluso paralítica de una pierna a los 14 años a causa del sarampión. Este hecho la marcó profundamente pero no mitigó su entusiasmo por el estudio.
Cuando cumplió 18 años, conoció a
Charles Babbage, la única persona que compartía su inquietud por la mecánica.
Se interesó rápidamente
por el proyecto de Babbage, una calculadora mecánica llamada máquina diferencial. Este invento maravillaba a Ada ya que principalmente demostraba que en un futuro las máquinas podrían hacer volar, uno de los sueños de la joven.
Su amistad con Babbage la estimuló intelectualmente y la ayudó a idear y a avanzar en sus especulaciones sobre el cálculo, lo que la llevó a idear
su primer invento, la construcción de un telar aplicado a los números;
una computadora. El
telar de seda de Joseph Marie Jacquard también fascinó a Ada que
comenzó a soñar con la idea de construir máquinas.
Condesa de Lovelace
En 1835 se casó con Lord King, que dos años después adquirió el título de conde de Lovelace y, a partir de ese momento, la joven matemática
firmaría como Ada Lovelace. La famosa científica siguió estudiando los números y, para ello, contrató como mentor a un famoso lógico matemático,
Augustus De Morgan. Aun así, compaginar sus estudios con la maternidad y su papel de esposa llevaron a Ada a una frustración que desahogaba con su amiga Mary Somerville.
En 1841
Ada contactó con Babbage, que había viajado a Italia, para colaborar con él en la construcción de su máquina diferencial. Así,
realizó un estudio sobre la máquina analítica al que tituló como Notas que publicó junto a la traducción que realizó d un artículo italiano que hablaba sobre la máquina de Babbage. Este trabajo describe, cómo creía ella, que funcionaría la máquina analítica y
aporta sus conocimientos sobre
las diferencias entre datos y procesamiento, un pensamiento revolucionario en su época. Ada
quería inventar la informática, lo que ella misma llamaba la ciencia de las operaciones. La joven expresaba su fascinación por el invento de Babbage y describía sus posibilidades: Procesar fórmulas matemáticas expresadas con símbolos, hacer cálculos numéricos y dar resultados algebraicos en notación literal.
“Nadie sabe el potencial que encierra este poderoso sistema; algún día podrá llegar a ejecutar música, componer sinfonías y complejos diseños gráficos” Ada Lovelace
Babbage y Ada concebían el invento de formas muy diferentes, el creador del aparato no se preocupaba en exceso por las aplicaciones prácticas de la máquina. Por el contrario, la matemática estaba obsesionada con sus consecuencias y sus posibles usos. Ella fue la primera en intuir lo que el invento del científico significaría para el proceso tecnológico y entendió que esta tecnología, utilizada en la máquina diferencial y en el telar de Jacquard, podría aplicarse a todo proceso ideado para tratar datos. Esto
abrió las puertas a la creación de una nueva ciencia, la computación de la información. Incluso llegó a la brillante conclusión de que la máquina analítica solo podría ofrecer información ya conocida, no podía generar conocimiento.
las Notas de Ada Lovelace
El estudio de Ada contiene lo que se considera como el programa de computación; es decir,
el primer algoritmo específicamente ideado para ser ejecutado por un ordenador. Este método, descrito en su nota G, servía para calcular la secuencia de número de Bernoulli que podría calcularse en la máquina de Babbage. A su pesar nunca fue probado ya que la máquina finalmente no se construyó. Aun así,
el algoritmo ideado por Ada la convierte en la primera programadora de la historia según multitud de autores y autoras.
A pesar de ello, su condición de mujer perjudicó su trabajo y los científicos de la época no se lo tomaron en serio. Por lo tanto, su trabajo fue relegado a mera transcriptora de los escritos de Babbage, a pesar de que su aportación fuese mucho más influyente y más extensa en originalidad al crear el primer ejemplo de lo que más tarde se conocería como programación de computadoras. Es decir,
desarrolló las capacidades de los dispositivos informáticos y anticipó las implicaciones de la informática moderna cien años antes de que se realizaran. Incluso llego a destacar que la máquina analítica no era únicamente capaz de desarrollar cálculos matemáticos sino que, además, podía llegar a producir música, arte, literatura… incluso, realizar cualquier cosa, siempre que se supiera cómo ordenárselo.
Aún con sus logros, muchos autores actuales consideran sus trabajos como una copia o una reminiscencia de los códigos que Babbage había redactado años antes. No obstante,
sus logros se reconocen en gran parte del mundo. Por ello, se han realizado
diferentes homenajes a lo largo de la historia relacionados con su persona, como
el lenguaje de programación Ada, ideado por el Departamento de Defensa de los Estados Unidos, cuyo manual de referencia contiene su año de nacimiento MIL-STD-1815,
o el premio Lovelace Medal que ofrece la
British Computer Society. Aun así,
el homenaje más conocido es el día de Ada Lovelace, que se celebra el segundo martes de octubre y que pretende visibilizar, dar reconocimiento y apoyar a las mujeres que trabajan en el área STEM, ciencia, tecnología, matemáticas e ingeniería.
Y, para celebrar este día,Camp Tecnológico colabora con el Colegio de ingenieros Industriales de Álava dentro de la iniciativa Oracle4girls diferentes talleres gratuitos dirigidos a niñas de entre 7 y 16 años. El objetivo es fomentar su formación en carreras tecnológicas.